La influencer italiana Chiara Ferragni, con 28,7 millones de seguidores en Instagram y considerada una de las figuras más influyentes del mundo de la moda, está imputada por la promoción engañosa con supuestos fines benéficos de ‘pandoros’ (bizcochos navideños) y ‘huevos de Pascua’ con su marca, y deberá comparecer ante la justicia en septiembre.
La Fiscalía de Milán (norte) sostiene que la marca Balocco vendió estos bizcochos con el logotipo de Ferragni a más de 9 euros (el triple de su precio habitual) y aseguró que parte de los ingresos serían donados a un hospital pediátrico, pero la donación se había hecho previamente y no dependía de las ventas, lo que causó indignación entre los consumidores.
Cuando el escándalo salió a la luz, a finales de 2023, Ferragni, que estaba en la cima de su popularidad, se retiró de la vida pública y de las redes sociales tras publicar un vídeo en el que pedía disculpas y anunciaba la devolución de un millón de euros al hospital Regina Margherita de Turín.
Aunque la empresaria de 37 años logró llegar a un acuerdo con las asociaciones de consumidores que la habían demandado, la Fiscalía mantuvo la acusación en su contra y está previsto que se siente ante el juez el próximo 23 de septiembre.
El escándalo de los pandoros tuvo consecuencias devastadoras para su imagen y para sus negocios, puesto que el emporio Fenice, que agrupa sus marcas, registró pérdidas en el último año.
En concreto la compañía cerró 2023, el año en que se destapó la estafa, con beneficios de unos 12 millones de euros, mientras que en 2024 se desplomaron a menos de dos millones, a raíz de la investigación de la Fiscalía.
Mientras el proceso judicial sigue su curso, la influencer ha retomado gradualmente su vida pública y este martes publicó un selfie en Instagram con la frase “to fresh starts” (para nuevos comienzos), reflejando su intención de pasar página. EFE