Fotos: Fernando Franceschelli / Producción: Mathías Arce
Menchi Barriocanal está de festejo. Es que hoy cumple 58 años bien vividos, rodeada del amor de sus seres más queridos. La eterna Novia de Asunción, quien entre risas dice que ahora ya es “la Abuela de Asunción”, compartió con TVO una amena tarde, en la que, mientras posaba para nuestra cámara, hicimos un repaso de su vida laboral y personal.
¿Cómo te sentís con este nuevo año que llega?
- La verdad, a medida que pasan los años, por un lado tengo la enorme alegría de poder seguir estando en el lugar donde quiero estar, que los años no hayan sido un obstáculo para continuar trabajando. Me decía una amiga chilena: “¡Oye, huevona, tienes suerte de estar todavía en la televisión! Acá no hay gente de tu edad haciendo televisión” (risas). Y no es muy usual que mujeres de mi edad sigan teniendo la vigencia para poder seguir estando con la gente. Entonces, por un lado, inmensamente feliz de que a los 58 que estoy cumpliendo pueda todavía continuar ocupando un espacio en la televisión, en la radio, y que todavía mis opiniones puedan ser tenidas en cuenta y puedan ser importantes para algunas personas. ¡Así que estoy muy contenta!
¿Cuál es la fórmula para seguir luego de muchos años?
- No sé cuál es la fórmula. Yo creo que lo más importante es ser muy coherente con uno mismo. Creo que eso es lo que finalmente te puede significar enemigos también, porque a veces la sinceridad no es precisamente la virtud más buscada. Vivimos en una sociedad en la que todos tenemos muchos discursos, y entonces, cuando uno dice las cosas así como las piensa, a veces genera molestias en algunos sectores que preferirían que no se dijera nomás lo que se piensa. Hay gente que todavía quiere que Menchi siga guardando algunos silencios, y yo creo que nunca fui así.
Nunca te callaste.
- ¡Nunca me callé! Siempre dije lo que pensaba, lo que sentía, sin ánimo de ofender a nadie, sino simplemente porque trato de ser coherente conmigo misma. Yo creo que esa puede ser una herramienta que me sirvió para continuar en el tiempo. Y también creo que es muy importante el no haber perdido de vista lo que uno finalmente es, por lo que pudo ir construyendo a lo largo del tiempo, su historia, que a veces no sirve en algunas cuestiones o en algunos momentos de la vida. Es como que importa la juventud, importa la actualidad, la conexión con los grupos que vienen irrumpiendo de manera hasta violenta si se quiere. Y yo creo que sin embargo la trayectoria es lo que de alguna forma nos presenta siempre, eso no quiere decir que uno se quede con la trayectoria, o se quede durmiendo en los laureles de lo que alguna vez consiguió, fue o hizo.
La trayectoria tiene su peso...
- Pero también creo que la vida nos va llevando por diferentes espacios, momentos y situaciones, y uno no puede pretender estar siempre en la cresta de la ola. Yo creo que uno tiene altibajos porque es normal, no se puede estar siempre allá arriba, porque eso no sería una vida real.
Entonces, creo que debemos saber manejar esos tiempos, en que uno pudo haber tenido más notoriedad, más impacto o más llegada; o haber estado más en el comentario de la gente. Y eso pasa, obviamente, porque hay otras cuestiones que interesan más a la gente... Pero en el fondo siempre te están buscando para los momentos importantes en la vida de las personas. Y en el canal nos damos cuenta de que nos pasa un poco eso también.
Si bien en el día a día nos va muy bien con el rating del noticiero —realmente hemos estado manteniendo uno muy ganador en los últimos años—, cuando hay algún suceso que conmociona al país o un suceso que realmente es muy fuerte o llamativo, que tiene que ver con la vida política, económica o lo que fuera, la gente busca como referente a Telefuturo. Entonces, para mí es muy honroso formar parte de un canal que finalmente está en la memoria de la gente, poder ser parte de un equipo, porque finalmente somos también un equipo.
El equipo es importante.
- Uno no se hace solo en la vida, ese es otro elemento a tener en cuenta. Yo tengo que agradecer a muchísima gente que estuvo a mi lado, que me generó un montón de desafíos, equipos de personas fantásticas que me nutrieron permanentemente.
¡Son más de 35 años en los medios!
- Sí, ¡cuántos compañeros han estado a mi lado, acompañándome! Siempre digo: “Cuando arranqué era como la bebé del grupo, hoy soy la mayor de todos los grupos donde estoy”, menos en la radio, porque están Óscar y Euclides (risas). El haber podido pasar por esos momentos y seguir aprendiendo, porque uno aprende a escuchar más, a ir conectando las cosas, es lo que a mí me apasiona.
Comenzaste en 1982.
- Sí, cumplí 37 años de trayectoria.
¿Y con Óscar Acosta cuántos años llevan juntos?
- Viviendo juntos, 28 años; casados formalmente, 24 años. Construimos una gran familia, los tuyos, las mías, la nuestra. Ahora ya tenemos nietos: siete, uno en camino. Realmente, es muy satisfactorio poder ver a esta familia que se consolidó, con muchas dificultades de por medio; no es fácil armar una familia con estas características.
Pero tenemos la satisfacción de que se quieren mucho entre los hijos, que hoy comparten también los primos-hermanos, y a lo mejor ni lo son, pero igual están conectados. Es un sentimiento muy fuerte el que nos unió, que nos sigue uniendo, y esa es la mayor satisfacción.
Además, tenés a tus padres, a tus hermanos…
- ¡Sí! Te imaginás que tengo todavía a mi papá, que tiene 86 años, y mi mamá, 82. Están bien, lúcidos, disfrutando de sus hijos, nietos y ocho bisnietos. Tengo unos hermanos maravillosos, dos hermanas y un hermano, y mis cuñados y cuñadas. Es una familia unida, es mi sostén.
Tenés mucho que agradecer a la vida…
- Demasiado que agradecer. Realmente, soy una bendecida de la vida, que me puso en lugares increíbles. A veces hago una retrospectiva de mi vida, y estuve en lugares increíbles, pude ser testigo de hechos históricos muy importantes, sufrí, lloré, amé, me reí a carcajadas. Hoy disfruto del afecto de mi familia más chiquita; obviamente, de mi marido, de mis padres, mis hermanos. Pero también de la gente que me sigue brindando cariño cuando salgo a la calle.
¿Seguís sintiendo ese cariño de siempre?
- Sí, eso no cambió en absoluto.
¡Seguís siendo la Novia de Asunción!
- No sé si tanto así (risas). Siempre digo: “La Abuela de Asunción”. Pero tener el afecto de la gente ha sido muy importante. Mi mamá siempre me decía en épocas más difíciles que ese afecto fue como una barrera de contención contra peligros que acechaban por momentos, y yo creo firmemente en eso.
Más allá de que hoy, con la ilusión de las redes sociales, uno también va percibiendo que hay algunos odios inentendibles, que son profundos, y uno dice: “¿Por qué la gente no es capaz simplemente de manifestar una opinión distinta o disconformidad con tu opinión, sin entrar en una agresión verbal o, incluso en algunos casos, física?
Pero también me doy cuenta de que son como microclimas las redes sociales, porque siempre digo que si esos odios —no tanto este año, más el año pasado, cuando se manifestaban con mucha virulencia— se dieran en la vida real y no solamente en la vida virtual, yo no hubiera podido salir a la calle, y yo nunca sentí eso.
Al contrario, he estado en enormes manifestaciones, incluso en los momentos más duros, y nunca recibí una agresión, ni siquiera verbal. Entonces, siempre digo: “Acá hay algo que no cuadra”. Lo que pasa en la vida virtual y en la vida real no se están comunicando una con la otra, y entonces, afortunadamente, nunca he sido víctima de algún tipo de improperio de manera pública.
Yo confío más en eso, en esa cercanía con la gente, en ese abrazo que me siguen pidiendo hoy personas mayores pero también muy jóvenes, incluso niños. Ahí hay algo que se siguió renovando, no sé si de manera natural o por qué. A veces creo que no hay muchas explicaciones tampoco para eso.
¿Te gusta recibir esa demostración de afecto del público?
- Si tengo que decir algo de mi actitud, tiene que ver con recibirle siempre a la gente con los brazos abiertos. Para mí no es una molestia que alguien se acerque, me pida una foto, me dé un abrazo. Al contrario, para mí eso es una fuente de energía muy importante.
En el súper, en el shopping, cuando estoy con mis nietos, en cualquier lugar la gente se me acerca y me brinda su afecto. Así que, al cumplir 58 años quiero agradecerle a la gente esa cercanía, ese afecto, esa comunicación que se da con personas que me dicen: “Te veo desde chiquitita y ahora te conozco”, y ya son mamás y están con sus hijos a cuestas...
¿Y cómo disfrutás de los momentos con tus hijas y nietos?
- Y hoy poder disfrutar de mis hijas y mis nietos es algo maravilloso; el recrearme en ellos, una y otra vez, el encontrar el sentido de la vida en esas pequeñas cosas que hacemos con ellos, en planificar un fin de semana, en recibirlos en casa, en preparar algo rico para comer. Yo creo que la vida pasa por ahí, por esos momentos de disfrute pleno con los afectos de uno.
¿Cómo estás pasando hoy tu cumpleaños?
- Óscar está de viaje en Turquía, invitado por el Gobierno turco, así que por primera vez en muchísimos años no estamos juntos el día de mi cumpleaños. Pero los nietos y los hijos suplen eso. Como es muy martes, en el canal compré pizzas para comer después del noticiero, y ahora, a la tarde, compartiremos una merienda en la radio.
En el grupo tenemos libre el día de nuestro cumpleaños, pero nunca dejé de venir a trabajar, porque para mí lo más hermoso que hay es estar en contacto con la gente el día de mi cumpleaños. ¡Me encanta! Acá estoy como todos los años, a pesar de que ya son muchos (risas). Y a la noche capaz salimos a cenar o una cosa así chiquita nomás, porque mañana hay que volver a trabajar.
¿Algún pedido de regalo especial?
- No sé, el poder abrazar a mi mamá, a mi papá, a mis hermanos, mis hijas y mis nietos es el mejor regalo del mundo.
¡A celebrar los 58 años!
- Sí, 58 pirulos (risas). Cada año que pasa es como que me siento mejor, no sé qué será, pero si bien uno va sintiendo algunos nanás —el cuerpo nos pasa la factura—, tomé también decisiones que tienen que ver con mi bienestar y me están haciendo muy bien: estoy haciendo clases de pilates, de yoga, me estoy alimentando mejor.
Todo eso es una sumatoria de cosas que me hacen sentir superbién para que el cuerpo también acompañe un poco la energía que tengo todavía, porque me doy cuenta de que tengo mucha pila; obviamente, el cuerpo se va resintiendo con los años. Entonces dije: “Algo tengo que hacer para que el cuerpo acompañe la energía que sigue estando ahí”.
¡Desde TVO deseamos muy feliz cumpleaños a la querida Menchi! ¡Por muchos años más!