Enrique, hijo menor del rey Carlos III, se mudó a Estados Unidos junto a su esposa Meghan, después de renunciar a sus obligaciones reales en 2020.
Desde su traslado a Estados Unidos, Enrique y su familia perdieron la protección policial sistemática destinada a los miembros activos de la realeza, que es financiada por los contribuyentes británicos.
Debido a ello, el Ministerio del Interior optó por unas medidas de seguridad para el príncipe y su familia caso por caso.
“Se le ha dicho que está recibiendo un proceso especial y personalizado, cuando él sabe y ha experimentado que el proceso ha sido manifiestamente inferior en todos los aspectos”, señaló la abogada del príncipe Enrique, Shaheed Fatima, a principios de abril, en la audiencia por este recurso.
Enrique, de 40 años, emprendió una acción legal en 2021 para impugnar la decisión.
Después de que su solicitud fuera rechazada en primera instancia el año pasado, presentó un recurso ante el Tribunal de Apelación, que hará pública su decisión el viernes a partir de las 14H00 (13H00 GMT).
En caso de que su recurso sea de nuevo rechazado, será la segunda derrota judicial para el príncipe en lo que respecta a la gestión de su seguridad.
El príncipe acudió el 8 y el 9 de abril a las dos jornadas de la audiencia en el Tribunal de Apelación.
“No se debe olvidar la dimensión humana de este caso. Hay una persona cuya seguridad, cuya protección y cuya vida están en juego”, señaló en sus conclusiones escritas, tras esas dos jornadas de audiencia, la abogada Shaheed Fatima.
“Su presencia aquí y a lo largo de toda esta audiencia refleja lo mucho que esta apelación significa para él y su familia”, añadió la letrada del príncipe, que informó que su defendido había recibido amenazas.
Con miedo
Según el equipo de abogados del príncipe, “Al Qaeda pidió su asesinato”, después de que Enrique narrara en su autobiografía, “En la sombra”, publicada en 2023, que había matado a 25 talibanes, cuando fue enviado a Afganistán.
El príncipe, que vive en California con Meghan y sus dos hijos, lejos del resto de la familia real, defiende en su recurso que la falta de garantías sobre su seguridad constituye un obstáculo para sus estancias en Reino Unido.
Enrique, por otra parte, se encuentra inmerso en una batalla judicial contra la prensa sensacionalista, en la que por el momento está obteniendo buenos resultados.
El príncipe logró una gran victoria contra los tabloides en 2023 al obtener la condena de Mirror Group Newspapers (MGN), editor del Daily Mirror, por artículos resultantes de un hackeo telefónico.
Por otra parte, en enero de este año, tras llevar a juicio al grupo de medios de Rupert Murdoch, propietario del The Sun, por prácticas ilegales para acceder a su privacidad, llegó a un acuerdo económico con el editor.
El News Group Newspapers (NGN) de Murdoch presentó sus disculpas a Enrique “por el espionaje telefónico, la vigilancia y el uso indebido de información personal por parte de periodistas e investigadores privados” instruidos por el grupo, según David Sherborne, letrado del príncipe.
Sherborne, que añadió que su cliente recibirá “una compensación sustancial”, leyó parte de un comunicado en el cual el grupo editorial presentaba sus disculpas por la “grave intrusión” de NGN entre 1996 y 2011 en la vida privada de Enrique. AFP