Roberto Giordano falleció en horas de la tarde de este viernes, en el Sanatorio Mater Dei, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, hasta donde llegó para una cirugía de cambio de marcapasos, informó el medio del vecino país Infobae.
Desde hace varios años el afamado estilista creó un imperio de la moda y fue el estilista de grandes celebridades como Mirtha Legrand, Valeria Mazza, Andrea Frigerio, Pampita y Nicole Neumann.
Modelos paraguayas como Lorena Arias, Claudia Grommeck, Gloria Espínola también formaron parte de sus recordados desfiles veraniegos.
Alain Delon, Sofía Loren, Robert De Niro, Jean Claude Van Damme también fueron parte de sus exclusivos y glamorosos encuentros de moda.
La noticia del fallecimiento de Giordano oscureció por completo la tarde de este viernes y estremeció a todo el mundo de las celebridades a nivel mundial dejando un gran vacío y legado en el mundo del espectáculo y la farándula.
Medios argentinos destacaron que en los años 90 fue un referente del mundo de la moda. Durante años, sus desfiles se destacaron como un clásico de la temporada de verano en Punta del Este, con presentaciones en otras ciudades costeras como Mar del Plata y Pinamar.
El estilista estaba instalado en Montevideo, decisión que tomó después de la pandemia, junto a su esposa, uno de sus hijos y sus nietas, aunque era residente uruguayo desde hacía más de dos décadas.
Fanático de Boca, aseguraba que su vida en el país vecino era apacible: daba clases de peluquería a través de Zoom y colaboraba en comedores comunitarios.
Desde hacía más de cinco años estaba instalado en Uruguay, en donde incluso había estado trabajando como peluquero del hotel Conrad, y había llegado al país para realizarse una cirugía que consideraba menor.
Infobae informó que en mayo de este año Giordano había sido condenado a 3 años de prisión por insolvencia fraudulenta tras declararse culpable de ocultarle bienes a la justicia y pactar un juicio abreviado. La causa tenía una fuerte carga probatoria contra el peluquero de las estrellas.
En el expediente se acumularon documentos y testimonios que lo complicaban y mucho. Por esto, no tuvo más remedio que declararse culpable y evitar una pena mayor.