28 abr. 2024

Critican indiferencia hacia pueblos indígenas durante reconocimiento a película

El indígena ayoreo Totobiegosode, Taguide Picanerai, reconocido este jueves por el Congreso junto a la directora Paz Encina por la película Eami, cuestionó que los pueblos originarios tengan que pasar hambre y no tengan agua, como también que deban deambular en la ciudad, ante el desamparo estatal.

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La Cámara de Senadores hizo entrega este jueves de una placa y declaración de reconocimiento al equipo de producción de la cineasta Paz Encina, por la película Eami, por su contenido cultural del pueblo indígena ayoreo Totobiegosode, galardonada en el Festival Internacional del Cine Rotterdam, el Tiger Award o Premio Tigre.

Durante el reconocimiento, habló tanto Paz Encina como Taguide Picanerai, quien participó y ayudó a escribir la cinta Eami, además de ser un líder joven de la comunidad y estudiante de Derecho.

Picanerai pidió disculpas por la voz quebrada y señaló que se trataba de un momento de felicidad y tristeza al mismo tiempo, sabiendo que cuando desde sus lugares de origen reclaman sus derechos, se les considera como invasores o en otros términos, criminales, ya que esa es la figura jurídica con la que hoy se les cataloga.

También indicó que su comunidad hoy pasa muchísimas necesidades y que incluso no iba a acudir al reconocimiento, ya que se siente triste de estar presente y quebrado por las inmensas necesidades de su gente, que pasa hambre y día tras día necesita de uno de los derechos fundamentales que es el agua.

“Disculpen si tengo una voz quebrada, pero eso es lo que siento hoy”, manifestó Picanerai, tras expresar tristeza por la manera en la que le toca vivir a su comunidad, pese a que la Constitución Nacional reconoce plenamente sus derechos.

Asimismo, dijo que no es fácil llevar sus reclamos y que muchas veces no saben si volverán junto a sus familias, porque se los trata como criminales por pedir derechos básicos.

“Agradezco a la directora de esta película por hacer ver nuestra triste e inmensa realidad. Es una pena que en pleno siglo 21 nuestros indígenas tengan que seguir deambulando por las calles de cualquier ciudad de nuestro país, también acá en la capital, porque pasan necesidades desde sus propias comunidades”, lamentó.

De igual manera, anheló que el Estado en algún momento les pueda devolver al menos la mitad de sus territorios, porque lo necesitan e históricamente los ayoreos y otros pueblos indígenas fueron dejados de lado.

Picanerai recordó que la comunidad Totobiegosode tiene un antecedente ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y que esperan que llegue a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como otros casos.

Finalmente, extendió un abrazo a los que de alguna manera estuvieron siempre cerca de las comunidades indígenas.

Paz Encina agradeció el reconocimiento y pidió que la Ley de Deforestación Cero se extienda al Chaco paraguayo, donde se encuentran “los verdaderos y actuales defensores del Chaco, los que pasan penurias para resguardar sus montes, los que respetan la vida diversa del territorio y pudieron existir en él por siglos y siglos sin destruirlos”.

La cineasta mencionó que al consultarles a los indígenas sobre el amor más grande, respondieron el amor al Eami, que significa amor al territorio, “una palabra ajena a quienes solo entendemos de comprar y vender la tierra, a quienes la despojamos de su más grande virtud, la diversidad de sus montes”.

Entre otras cosas, pidió guardar un minuto de silencio por las abuelas de los indígenas, por las invasiones que le despojaron de sus tierras y alimentos.

La película mágico-realista Eami de la compatriota cineasta Paz Encina ganó en la 51 edición del Festival Internacional de Cine de Róterdam el Premio Tigre y 40.000 euros. Se trata de uno de los cinco festivales más importantes del cine de Europa.