Sorokin, quien bajo el nombre de Anna Delvey engañó a la alta sociedad neoyorquina haciéndose pasar por la heredera de una gran fortuna, debía haber emprendido vuelo ayer desde Nueva York a Fráncfort (Alemania), pero al parecer las autoridades de migración no lograron hacerle cumplir esa orden.
De acuerdo con dicha publicación, Sorokin se negó a abandonar las dependencias donde espera a ser deportada con el argumento de que ha expirado el plazo para que se ejecute esa orden.
El caso de Sorokin, de 31 años, se ha convertido en un fenómeno mediático en Estados Unidos, a través de la serie Inventing Anna de la plataforma Netflix, así como podcasts y redes sociales.
Según Der Spiegel, ello ha permitido a la condenada mantener una fuerte presencia mediática, algo que perdería en caso de ser expulsada a Alemania, donde la espera una existencia menos relevante.
Sorokin, nacida en 1991 en Moscú, se trasladó a Alemania con su familia a los 16 años, tras lo cual emigró a Londres, París y finalmente Estados Unidos. Bajo el nombre de Anna Delvey se hizo un hueco entre las élites de Nueva York, frecuentó comercios, modistos y restaurantes de lujo donde dejaba propinas de 100 dólares. Planeaba incluso abrir un club superexclusivo que debía diseñar Gabriel Calatrava, hijo del arquitecto español Santiago Calatrava.
En 2017 fue arrestada por no pagar una factura de 11.518 dólares en un hotel de lujo. Su juicio se convirtió ya en un asunto mediático y finalmente fue condenada a cumplir entre 4 y 12 años de cárcel por estafa. Salió libre en febrero de 2021 por buena conducta, pero quedó bajo la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que abrió los trámites para deportarla.