“Os he echado de menos. ¿Cómo estáis?”, escribió Ferragni en una ‘historia’ con una foto suya en Instagram, red en la que no aparecía desde el 18 de diciembre.
La celebridad publicó también un mensaje de agradecimiento: “Una cosa sí quiero decir. Me gustaría agradecer a todas las personas que en estos días han estado cerca y han tenido una buena palabra para tranquilizarme”.
“Agradecer a quienes me han mandado un mensaje, me han preguntado cómo estaba, me han animado a regresar a las redes. Gracias a quien escucha, a quien no quiere hundir, pero ayudar. A todos los que han expresado su opinión, también negativa, pero en tono tranquilo y constructivo, porque en la vida siempre hay tiempo para debatir, reflexionar y reanudar”, agregó.
Para terminar: “Las personas que te quieren verdaderamente se ven en los momentos de necesidad y yo os he visto, leído y escuchado”.
La polémica estalló después de que el ente italiano de vigilancia del mercado (AGCM) multara a Ferragni y a la empresa de dulces Balocco por “una práctica comercial incorrecta” escondida detrás de una supuesta recaudación de fondos para los niños del hospital Regina Margherita de Turín (norte).
La empresa vendía “pandoros”, un bizcocho tradicional navideño, con el logotipo del emporio de Ferragni a más de 9 euros (el triple de lo habitual) prometiendo que la venta de cada uno supondría una donación para ese hospital, pero presuntamente la inversión se había hecho de antemano, por lo que su cuantía no dependía de las ventas.
La donación en cuestión fue de 50.000 euros, mientras que Ferragni se embolsó más de un millón de euros con esta acción, según medios. EFE