La emoción y los momentos para el recuerdo marcaron el reencuentro de Fito Páez con su público paraguayo. ¿La excusa? Los 30 años de su álbum Giros y la constante de aquella noche: una fusión entre los jóvenes de la dorada generación de los años 80 y los incipientes aspirantes al mundo del rock. Mirá.
Fue una noche de domingo atípica, y no era para menos: Fito Páez volvió para reencontrarse con su público paraguayo y el Centro de Convenciones de la Conmebol se convirtió en el escenario para el épico recital con el que conmemoró las tres décadas de Giros, su segundo álbum. A la altura de las circunstancias, el rosarino se portó y celebró un recorrido por todo el disco mencionado, agregándole también al setlist canciones icónicas del rock y pop latinoamericano. Durante unas dos horas el tenor argentino, junto a Fabiana Cantilo y una banda de melómanos de muy buen nivel, logró que la sinfonía fluyera de una manera tal, que los aficionados quedaron más que satisfechos. 
Eso es lo que se vio reflejado en la reacción de este simpático niño que, rompiendo los esquemas, dio a entender que la buena música no conoce nimiedades como la edad o las generaciones. Este pequeño ovacionó a coro a su ídolo como si lo conociera de toda la vida, mientras el músico rosarino se ponía al día con su público guaraní. Definitivamente, uno de los momentos más emotivos de aquella noche marcada por la buena música.
Pedro Lezcano / Fotos: Última Hora