10 may. 2024

Salud mental: Las 5 señales de alerta de que algo no va bien

El 5,2% de la población de nuestro país sufre depresión o presenta signos, y el 7,6%, ansiedad. ¿Cómo podemos detectar las graves consecuencias de estas afecciones? Te contamos cinco formas de reconocer estas patologías.

Salud Mental

En Paraguay mucha gente tiene la arraigada idea de que ir al psicologo o psiquiatra es sinónimo de locura.

Foto: Gentileza

Los problemas de salud mental están creciendo en todo el mundo y afectan por igual a personas de diferentes sexos, edad y nivel sociocultural y económico, sin distinción. Así refieren datos proporcionados por la licenciada Andrea Duarte Villaverde, psicóloga clínica integrante del Programa de Salud Mental de Fundación Visión.

Dos de las patologías más importantes por sus índices de crecimiento son la ansiedad y la depresión, las cuales tienen raíces similares y consecuencias que pueden llegar a ser fatales si no se recibe la contención y el tratamiento adecuados. El estigma alrededor de la salud mental es muy notable, en el sentido de que todavía gran parte de la población piensa que acudir al psicólogo o psiquiatra es sinónimo de locura, y quien lo hace prefiere ocultarlo por vergüenza.

Cinco señales de alerta

1- Cambios en el comportamiento habitual: se observan modificaciones en la forma habitual de comportamiento, cambios muy repentinos en las actividades. Un ejemplo válido sería cuando una persona que practicaba mucho deporte de forma regular, de repente y sin razón alguna deja de hacerlo. También aplica cuando ya no asiste a las reuniones sociales que solía frecuentar muy a menudo, dejando a la vista un cambio muy notable.

2- Aislamiento: la persona que está atravesando un proceso de alteración en su salud comienza a aislarse. Alguien que solía ser muy sociable empieza a pasar cada vez más tiempo a solas, se aleja hasta de su propio circulo íntimo. Esto no debe ser confundido con un comportamiento normal de una persona introvertida, ya que existen personas tímidas que no disfrutan de actividades grupales. Lo que se debe observar es si aparece un cambio en el comportamiento, por el cual se va reemplazando lo social por la soledad.

La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por una excesiva inquietud, intensa exitación y extrema inseguridad.

La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por una excesiva inquietud, intensa exitación y extrema inseguridad.

Foto: istockphoto

3- Mal humor, nerviosismo o irritabilidad: cuando una persona pasa por una alteración en su salud mental, su humor cambia drásticamente y comienza a mostrarse inusualmente nerviosa o irritable por razones que antes ni siquiera le hubiesen molestado. Lo más peligroso es que podría desencadenar actitudes violentas hacia su entorno.

4- Descuido personal: la persona comienza a descuidar severamente su cuidado personal, desde el punto de vista orgánico (empezar a comer mal, subir de peso, etcétera) hasta el aspecto físico, lo que puede plasmarse en falta de higiene. Además, pueden surgir o resurgir vicios dañinos, tales como beber o fumar, o incluso consumir otros tipos de drogas. Esta es una importante señal de alerta.

5- Desesperanza: falta de optimismo. El paciente comienza a ver todo de manera muy negativa. Surgen comentarios pesimistas y de inutilidad tales como “para qué voy a cambiar de trabajo si no sirvo para nada”, “para qué voy a estudiar”, “nadie me quiere”, “todo me sale mal”. También pueden aparecer pensamientos suicidas, que nunca deben ser tomados en broma. La persona piensa que ya no vale la pena vivir, que no tiene sentido estar en este mundo, y es ahí cuando se encuentra en una situación límite que requiere urgente valoración médica.

En Paraguay son altos los índices de ansiedad y depresión. Un estudio realizado en el 2017 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) concluyó que el 5,2% de la población nacional sufre depresión o tiene signos. Pero si se habla de ansiedad, la cifra escala al 7,6% de la población. Esto ubica a Paraguay en el segundo puesto en materia de ansiedad en América Latina, por detrás de Brasil, y en el cuarto puesto en materia de depresión, después de Argentina, Colombia y Perú.

La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza y decaímiento anímico.

La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza y decaímiento anímico.

Foto: istockphoto

Ansiedad y depresión

La depresión es un cambio de comportamiento por el que se puede sufrir insomnio, cambios en el apetito, sensación de una profunda tristeza, baja autoestima, pérdida de interés por todo y decaimiento anímico en general. Esto repercute en una disminución en la función psíquica.

En la ansiedad aparecen también el insomnio y los cambios de comportamiento. Otros síntomas que se generan podrían ser una gran inquietud, intensa excitación y extrema inseguridad, pensamientos negativos automáticos que están de manera latente. Es querer tener el control de muchas cosas que simplemente se nos escapan de las manos, y eso nos bloquea y nos impide realizar otras actividades, o nos induce a desarrollar pensamientos muy catastróficos. También se puede experimentar a nivel físico, padeciendo taquicardia, palpitaciones, falta de aire, opresión en el pecho y tensión muscular, entre otros.

¿Qué pasa si no recibimos tratamiento?

- Debemos saber que todos tenemos una dosis de ansiedad, pero el problema aparece cuando esta es exacerbada y comienza a interferir en nuestra vida normal. Por ejemplo, ante un examen estudiamos muchas horas y realmente sabemos el contenido, pero al recibir la hoja nos quedamos en blanco, nos bloqueamos. Esto mismo nos puede pasar en el trabajo, en las relaciones y demás. También debemos saber que todos podemos pasar por problemas, pero que esto no tiene por qué llevarnos a un cuadro de depresión, sino que debemos poder sobreponernos a ellos. Lo cierto es que si estas afecciones no son tratadas a tiempo, pueden traer aparejadas las siguientes consecuencias:

*Problemas de pareja.*Problemas de relacionamiento interpersonal.*Problemas de trabajo (pérdida de la capacidad, no poder rendir al máximo).*Pérdida de empleo, que luego desencadena conductas aún peores.*Pueden disparar problemas de adicción y/o comportamientos compulsivos.*Pueden contribuir a la aparición de cuadros depresivos, desencadenando tendencias suicidas.*Pueden aumentar el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular.

“La clave es entender bien las situaciones a las que nos enfrentamos y trabajarlas correctamente; ocuparse en desarrollar resiliencia y en sobreponernos y salir adelante”, finaliza.