Cuando don Ricardo Brugada reparaba el juguete de su hijita, notó que podía sacarle provecho a esa tarea, así que decidió crear el Hospital de los Juguetes, para devolver la sonrisa a los niños. Pero faltaba algo, el componente humano. Fue así que con su esposa, Ada Medina, y sus hijos, se embarcaron hacia el Chaco para llevar de regalo juguetes reparados a los niños de comunidades indígenas.
Esta tarea la vienen realizando desde hace 22 años en forma ininterrumpida en fechas especiales. Ahora, estos verdaderos Reyes Magos planean llegar a alrededor de 3.000 personas, entre niños y adultos, tras haber superado un problema de salud que afectó a don Ricardo. El doctor de los juguetes contó a TVO que, pese al infarto que tuvo después de Navidad, toda la familia se uso a trabajar para no fallar a los chicos.
¿Cómo funciona el Hospital de Juguetes?
- El Hospital de los Juguetes es un taller de electrónica en donde lo que hacemos es reparar todos aquellos objetos electrónicos y no electrónicos también. Hoy en día, la diferencia entre un niño y un adulto es el tamaño y el costo del juguete. Entonces, nos dedicamos principalmente a eso. También hacemos reconstrucciones de cosas porque a mí me encanta todo lo que es manualidades.
¿A qué lugar van a ir a entregar los juguetes?
- Los juguetes van a ser entregados en el Departamento de Boquerón el día 6 de enero. Vamos a trabajar conjuntamente con la XVI Región Sanitaria al frente del director, que es el doctor Silvio Yudis. Todo está coordinado por el Hospital de los Juguetes. Vamos a asistir a tres comunidades Nivaclé, que son Pablo Stahl, San José, Estero y Medialuna. Se calcula que serán asistidas 3.000 personas, entre niños y adultos.
¿Hace cuánto tiempo trabajan en esto?
- El Hospital de los Juguetes este año cumple 25 años de existencia y nuestra área social, que es la que hacemos con estas asistencias humanitarias, cumpliría 22 años; lo hacemos en forma ininterrumpida.
¿Cuál es el objetivo que tienen con esta noble iniciativa?
- El objetivo principal, primordial, es ayudar al prójimo en toda circunstancia que podamos hacerlo. Por qué lo hacemos en lugares tan remotos y alejados, porque realmente en esos lugares la gente no sabe lo que pasan nuestros compatriotas porque no se los ve. Realmente es el Paraguay oculto, es el compatriota que no se sabe si quiera que existe. No reciben asistencia de salud, no reciben socorro y mucho menos, en ninguna situación de emergencia y catástrofe se acuerdan de los niños. Vos ves que se reparten chapas, ropas, medicamentos, comida, pero nunca juguetes.
Nosotros comenzamos con los juguetes y hoy en día, llevamos de todo: salud, operamos gente, llevamos médicos. Esto creció de una manera exponencial, llevamos víveres; herramientas para que arreglen su casa; objetos para su sustento, como caña de pescar, anzuelo, plomada; de acuerdo a la zona en donde se encuentre. Les ayudamos en todo lo que podemos.
También estamos preparando charlas sobre prevención de cáncer de mamas y útero y Papanicolau. Los zapatos y carteras con bijouterie, lencería y cosméticos son muy útiles para convencerlas a que se hagan los estudios.
¿Por qué lo hacen?
Lo hacemos porque alguien lo tiene que hacer. El ser humano no puede permanecer indolente ante la necesidad de un prójimo. Eso es contra toda naturaleza humana. De ahí viene la palabra “humano”, de “humanidad”, que es compasión, que es lo que vamos perdiendo con el paso del tiempo. Aparte, por nuestras venas corre la filantropía y el ver por los demás.
La Chacarita, el barrio Ricardo Brugada, lleva el nombre de mi abuelo, era su casa. Se dedicaba a atender a los humildes. La familia de mi esposa coincidió también en actividades similares. Corre por nuestras venas, en nuestro gen está la ayuda al prójimo y eso me hace feliz. Yo soy feliz ayudando a los demás porque de esa maneara veo el éxito.
¿A cuántas personas ya asistieron?
Tenemos contabilizado ya, a través del Ministerio de Salud, 81.000 compatriotas asistidos y 12.500 vidas salvadas, de personas que iban a morir si no veíamos de llegar hasta ellos y llevarles salud.
Yo creo firmemente en una ley universal, que es simple y que es la base de toda religiosidad. Si uno es malo, agresivo con el universo, el universo se comporta de la misma manera hacia uno y de forma multiplicada. Si uno es indiferente con el universo, el universo también es indiferente con nosotros. Y si uno es formidable, agradable y colaborador con el universo, el universo se comporta de la misma manera multiplicada hacia nosotros. Es cuestión de ser parte de que las cosas ocurran y no ser simplemente ser espectadores para ver a dónde va.
Y otras de las razones por la cual es importante hacer buenas obras es que la gente mala, lo único que necesita para progresar, es que la gente buena no haga nada, se quede a mirar. Entonces, estos compatriotas desprotegidos son víctimas de oportunistas, muchas veces, disfrazados de políticos o de comerciantes. El ropaje que tiene es lo que menos importa, el fin es que son gente que se aprovecha de alguna u otra forma de estas pobres víctimas que están solas a su suerte. Por eso, alguien tiene que hacer algo, ojalá que muchas personas, como viene ocurriendo, se dé vuelta a mirar hacia atrás y ver a aquel prójimo que no le puede seguir los pasos y le ayude a continuar su vida.
¿En qué fechas suelen entregar los regalos?
- Hacemos estas asistencias en Navidad, Reyes y Día del Niño, principalmente, pero también en ocasiones especiales, cuando se necesita. Por ejemplo, el año pasado con todo el tema de las inundaciones hicimos 5 o 6 operativos grandes tanto en Pilar como en la zona del Chaco, que fueron las más afectadas, coordinando el envío de juguetes, ropas, víveres y todo lo necesario para esas comunidades.
Por razones climáticas o, muchas veces organizativas, no podemos cumplir en fecha. Entonces, muchas veces esas fechas no son rígidas, son móviles, como en este caso, que estamos juntando Navidad y Reyes a raíz que no teníamos disponibilidad de médicos en las fechas de Navidad; estaban o muy ocupados o de permiso, entonces no coincidíamos. Entonces, coincidimos que en esta fecha iba a ser la más apropiada y estamos embarcados en hacer esta actividad en fecha de Reyes; los días 5, 6 y 7.
¿Cómo nació la idea?
- El nacimiento del Hospital de los Juguetes se debió a que yo tuve un retiro voluntario en donde estaba trabajando y me puse a reparar todos los juguetes de mi hija en la casa. Mi hija, que cuando eso tenía 3 años, me dijo “papá, vos lo que tenés que hacer es un Hospital de Juguetes”. Entonces, me puse a pensar cuánto hubiese cobrado por reparar cada juguete de mi hija y me di cuenta de que en medio día había hecho el equivalente a G. 500.000 de mano de obra.
Entonces, le dije a mi señora, “no es broma este tema de reparar juguetes porque es rápido, se puede cobrar bien y es un buen negocio porque la criatura va a querer que se retire rápido el juguete. Así nació, mediante sugerencia de mi hija, y comenzamos a trabajar enseguida con empresas, con jugueterías importantes de la época y les hacíamos reparación de todos sus reclamos y garantías. De esa manera, ya comenzamos con una ganancia interesante.
Así nació y fue creciendo, la gente sabe que me dedico a otras cosas más serias que juguetes, como reparar máquinas de terapia intensiva, máquinas de comunicación satelital, programadores de marcapasos, celulares, plasmas, equipos de electrónica en general, de cosmética, biomedicina; entonces, comenzaban a traerme igual sus objetos. Y Hospital de los Juguetes fue creciendo en sus rubros, a tal punto que tuvimos que redefinir el slogan de la empresa. Hoy en día decimos que se llama Hospital de los Juguetes porque reparamos todo tipo de juguetes y que la diferencia entre un niño y un adulto es el tamaño y el costo del juguete.
¿Entre cuántos están trabajando?
- Eso varía en cada evento porque hay personas que vienen como voluntarias, lamentablemente siempre son muy pocas, pero trabajamos todo el año y nos basamos en el grupo familiar que tenemos: mi esposa, Ada María Medina de Brugada, que tiene 47 años; mi hija de 26 años, Jessica Brugada Medina; mi hijo de 22 años, Ricardo Brugada Medina; mi otro hijo de 8 años, que se llama Brandan Brugada Medina; y yo, Ricardo Brugada, de 51 años.
Estas son las personas que siempre trabajan, todo el año, todo el tiempo. Ocasionalmente, en las vísperas de los viajes, contamos con algunos amigos, un grupo de voluntarios, les avisamos a todos y vienen los que pueden a clasificar, ordenar, limpiar, hacer paquetes, etcétera; todo voluntario.
¿Qué tipo de juguetes reciben como donación?
- Yo creo que hoy en día no se puede solamente decir juguetes. Se abrió tanto el espectro de atención a nuestros hermanos más carenciados que hoy en día recibimos todo lo que quieran darnos. Recibimos juguetes, algún electrodoméstico que pueda ser reparado, porque hay zonas que tienen luz, entonces les llevamos para los centros de salud o las organizaciones de las aldeas, lavarropas, heladera o congelador.
En juguetes, podemos hablar de todo tipo: bicicleta, triciclo, autos a batería que ya no sirven; nosotros le sacamos la parte del motor para que puedan andar libremente. Todo es útil ahí, en los autos a batería muchas veces usan cabras para remolcar el auto y el auto cargan con bidones de agua para traer de larga distancia. Hay cosas que nosotros no nos imaginamos que ocurren y ellos son felices con lo que les das.
Mangueras viejas, les sirve; zapato un lado, les sirve también, porque si vas a caminar entre espinas y tenés zapatos diferentes, es una bendición para librarte de las espinas. Recibimos muchos útiles escolares, libros. Armamos bibliotecas a las escuelas, les llevamos cuadernos usados con hojas recicladas, lápices de colores, no importa el tamaño.
Esa gente tiene una vida ocre, solamente conoce el color de la madera, las hojas verdes y la arena gris. No conocen los colores en muchos lugares. Les llevamos ropas, abrigos. Es un lugar de extremo, muy caliente o muy frío; con mucha sequía o con mucha inundación. Todo hace falta, absolutamente todo. Tazas, cubiertos, platos picados en el borde, vasos de plástico, ollas viejas, pelotas, todo sirve. Las ropas rotas las mujeres cortan para hacer sus toallitas desechable o usan para hacer mantas para envolver criaturas.
¿Dónde se puede acercar las donaciones?
- Las donaciones se pueden hacer directamente en el Hospital de los Juguetes todo el año. Nosotros abrimos de lunes a viernes, de 09:00 a 19:00, horario continuado. Pueden ubicarnos a través de las redes sociales: HOSPITAL DE LOS JUGUETES, en Facebook, y contactar con nosotros. Ahí van a tener nuestra ubicación, que es sobre la calle Lillo 2826 casi Coronel Cabrera. También pueden contactar con alguno de nosotros (0981-263776) si quieren pasar en algún otro horario, coordinar y ver la manera de hacer que eso llegue a destino.
¿Tienen apoyo de alguna organización?
- No tenemos apoyo económico y logístico en la parte de donativos. Nosotros no somos ONG, no somos fundación, no somos partido político, no pertenecemos a ningún grupo religioso, no somos ningún movimiento social; somos una familia emprendedora preocupada por el prójimo. No pedimos plata a nadie, pedimos solamente que aquel que quiera donar sus cosas en desuso, nosotros las recibimos.
Lo que podemos citar como una ayuda valiosa e invaluable es la predisposición de médicos pertenecientes al Ministerio de Salud. Muchas veces la gente dice “ellos son empleados y cobran”. Sí, ciertamente, son empleados y cobran, pero realizan funciones más allá de sus obligaciones; fuera de horario laboral, en lugares en donde les toca dormir en la intemperie, donde por días la comida solamente es coquito. Hay un componente de humanidad terrible para que esa gente sea feliz acompañándonos.
Es gente que tiene una visión hacia el prójimo, da lo que tiene para dar, que son sus conocimientos profesionales. Tenemos enfermeras, médicos, directores regionales, que hacen más que el kilómetro extra en sus obligaciones, digno de ser destacado. También eso ocurre con gente que nos ayuda en el Ejército, las FFAA y la Aviación.
Nuestro lema es “Tú lo crees, tú lo creas; nada es imposible”. Con los años nos dimos cuenta de que hacer aquellas cosas que nos dicen que son imposibles, lo hacemos inmediatamente. Ahora, cuando nos dicen que hace falta un milagro, ahí sí tardamos un poquito más.