Casi tres décadas de trayectoria, innumerables anécdotas que compartir y varios años siendo amigos unen a Albert Benítez, Tito Ibarrola y Tony Apuril, los capos de Ab Ovo. Sus inicios, el dinero y los proyectos, todo contado con el sello humorístico que los distingue. ¿Vas a perderte esta nota?

Albert Benítez, Tito Ibarrola y Tony Apuril se conocieron siendo estudiantes del Colegio Salesianito hace más de tres décadas. Allí descubrieron una extraña fijación hacia la música y el arte, y fue también ahí donde la amistad los unió para embarcarse en un proyecto que bautizaron como Ab Ovo. El 5 de febrero de 1988, este grupo de amigos se animó a comenzar la aventura de sus vidas en un “tugurio”, como el mismo Alberto Longo lo describió. Desde entonces no pararon y siguen haciendo humor con una estampa muy particular. En esta nota te contamos la historia de este peculiar trío desde el origen más remoto. ¡Salve los Ab Ovo!
EL GENIAL ALBERTO LONGO
“Era un hobbie. Si nos iba bien, seguíamos; si no, chau”, recordó entre risas Albert Benítez, uno de sus integrantes fundadores, junto a Tony Apuril y Tito Ibarrola. Para él, estar en conexión con la gente y que reconozcan su trayectoria es impagable.

¿Cómo inició la amistad con Tito y Tony?- Fácil, yo le conocía a Tony, y Tito me conocía a mí, pero Tony desconocía a Tito y tampoco me conocía a mí, por lo que yo le dije a Tito, a quien desconocía, si no conocía a Tony, quien a su vez desconocía a ambos. Fue ahí que nos conocimos y surgió una gran amistad un día 30 de julio, por la tarde. ¿Dónde aprendieron a ejecutar los instrumentos?- Desde chicos nos dimos cuenta de que queríamos tocar y tocar, hasta que un día, después de mucho intentar, y después de varias cachetadas, ingresamos a la banda Paí Pérez del Colegio Salesianito y nuestras ansias de tocar por fin se vieron satisfechas. Ahora… ejecutar, aún no aprendimos bien. ¿En qué momento decidieron iniciar Ab Ovo?- Fue un momento de crisis. Nos iba bien en los estudios, en la familia y en el amor. Bueno, en el amor no, ni en los estudios, pero nos dimos cuenta de que algo nos faltaba. Fueron señales claras los siguientes hechos: Tony cantaba en el coro de la Iglesia del Pueblo de Dios, Tito tocaba trompeta en los colectivos y yo practicaba escalas vocales con mi perro Igor. Algo teníamos que hacer para parar esa situación. Además, no teníamos plata, pero eso sigue hasta ahora. ¿Cuál fue el primer show que hicieron?- Fue un show de prueba en el Pub Vinicius, tugurio de la época final de la dictadura, donde desfilaron grandes artistas contestatarios y también efectivos policiales de la Comisaría Primera. La respuesta del público fue excepcional. Al final pidieron bis, y allí se dieron cuenta de que el show era un mamarracho. Estudiaste Medicina…- Así es, estudié incansablemente Medicina y me dedico de lleno a Ab Ovo y a Alongo Producciones, mi productora de spots publicitarios. Tantos años y siguen vigentes...- La vigencia del grupo se debe a que aún no hemos alcanzado las normas de calidad para tener ingresos acordes, y aspirar así a una jubilación digna en nuestros yates particulares. ¿Alguna vez tuvieron una demanda?- Sí, de Romerito, hace años. Pero todo bien. Para él, porque nos ganó. ¿El personaje que más te gustó interpretar?- Alberto Longo, desde el lugar de los hechos.
UN TIPO SERIO…
Tito Ibarrola es administrador de empresas y funcionario del Ministerio de Hacienda. Se describe a sí mismo como un tipo serio, pero reconoce que la gente siempre que le habla está esperando alguna broma. ¿Por qué será? Hablamos con el hombre de las múltiples personalidades: Ultrasoket, Gladi, entre otros y recordamos cómo sus años de trayectoria quedaron plasmados en las tablas, la radio y la televisión.

Tito, de los viajes internacionales con Ab Ovo, ¿cuál recordás más y por qué?- A estas alturas, nuestra memoria falla bastante y yo solo me acuerdo de nuestro último viaje a los Estados Unidos. Una excelente gira por New York, Washington, Las Vegas y Miami. Anteriormente habíamos ido a Clorinda a hacer compras con mucho éxito. ¿Podés ser serio?- De hecho, soy una persona seria, pero mucha gente no quiere creer y siempre como que espera algún chiste mío. Reconozco que a veces pierdo simpatía, sobre todo cuando fallo algún penal. ¿Quién hace los guiones?- Es un trabajo en equipo, creación colectiva y división equitativa del trabajo, y de las ganancias. ¿Qué te dio Ab Ovo?- Con Ab Ovo hemos alcanzado mucho reconocimiento. Eso nos da una importante satisfacción personal y soñamos en el futuro, muy en el más allá, con llegar a alguna satisfacción económica. ¿Qué proyectos tienen para más adelante?- Como siempre, continuar con los shows en el teatro, seguir con nuestro programa Radio Recreo en Montecarlo FM y lanzar nuestra plataforma digital en donde volcar todo lo que tenemos en audio y video. ¿Tuvieron malos momentos?- Sí y siempre ocurren en el peor momento, por ejemplo, cuando se nos acaba la bebida. ¿Quién fue tu ídolo en el humor?- Mi papá, Tito, mi hermano César y mi almacenero don Guillermo.
POLÍTICO EN EL EQUIPO
El arquitecto, concejal de Asunción y miembro fundador de Ab Ovo, Tony Apuril, comparte el mismo sentido del humor con Albert y Tito. Recuerda que nunca se propuso metas, solo vivía tratando de hacer su camino y rescata el profesionalismo de sus compañeros.

¿Ab Ovo te redituó económicamente?- Y la verdad es que no de la manera que queríamos. Hubiésemos querido que nos reditúe más, poder vivir neta y exclusivamente de esto, pero bueno, no se pudo y a mí por lo menos se me dio por ser concejal. ¿Por qué decidiste candidatarte a concejal?- Porque con el saldo económico de Ab Ovo, no estaba pudiendo alcanzar a cubrir toda la serie de necesidades que emanan de la vida, la educación, la alimentación, la salud y otros gastos. Por otro lado, y siendo un poco serio, decidí meterme a la política porque quería hacer algo diferente. Pensé en cambiar, pero no estábamos pudiendo lograrlo con el grupo, así que decidí probar tratando de acceder a espacios de poder. ¿Tu trayectoria en Ab Ovo te sirvió para alcanzar la concejalía?- Supongo que sí. Todo lo que es uno, sus amigos, sus estudios, su historia, vale a la hora de ser creíble o no. Tu forma de hacer campaña política fue muy original, ¿fue idea tuya?- En parte, sí, pero recurrí a gente que se dedica a eso en forma profesional. ¿Algún show privado para un famoso?- Recuerdo cuando se lo hicimos a Paul McCartney, no entendía español, pero veíamos que se reía y suponemos que le gustó. ¿Cuál es el secreto para mantener la amistad?- Y eso es lo que uno aprende, a convivir con el otro. Con el boludo que piensa de otra forma, y que no ve lo obvio que vos le estás explicando. Pero de eso se trata la vida y las relaciones. De poder tolerar al otro y participar de una idea desde puntos de vista diferentes. ¿Cuántos años de amistad con Tito y Albert?- Y desde el colegio. Más de 30. ¿Quién te causa más gracia, Albert o Tito?- Tony sin dudas es el que más me hace reír, después están los otros esos. ¿Cuál es el show que más recordás?- La verdad, cada vez se nos hace más cuesta arriba recordar los shows viejos, las anécdotas, los libretos, los nombres de los perros, etcétera. Ore tujáma ko. ¿Qué le falta a los humoristas de hoy para ser como ustedes?- ¿Para qué querríamos que sean como nosotros? Nos van a sacar el trabajo (risas). En serio, sería bueno poder tener algún grupo espejo que refleje un poco nuestra forma de hacer humor. ¿Pensás seguir escalando políticamente?- Claro, hasta Tokio no paramos.
Derlis Iván Matto / Fotos: Gustavo Segovia