El Ministerio de Defensa anunció el martes su presencia el 8 de junio en uno de los desfiles militares relacionados con los actos de celebración del cumpleaños del rey Carlos III.
Pero el Palacio de Kensington, que suele hacer pública la agenda de la princesa y su marido, el príncipe Guillermo, heredero de la corona, no confirmó su asistencia.
La semana pasada, el príncipe Guillermo renunció a última hora a asistir a una ceremonia en memoria de su padrino, el rey Constantino de Grecia, por “razones personales”.
Este hecho alimentó rumores y preocupaciones en las redes sociales, debido también a la ausencia de la princesa de 42 años de la vida pública desde hace más de dos meses.
Una fotografía publicada el lunes por los medios estadounidenses TMZ y Entertainment Tonight mostraba a la princesa, con gafas oscuras, dentro de un coche conducido por su madre, cerca del Castillo de Windsor, donde vive con el príncipe Guillermo y sus tres hijos.
La prensa británica no publicó la foto, ya que el Palacio de Kensington pidió respetar su privacidad durante la convalecencia de la princesa.
Pero “ya existen teorías conspirativas que dicen que la foto fue manipulada. En lugar de poner fin a los rumores, esta instantánea, que claramente no contó con el consentimiento de la princesa, generó aún más especulaciones”, afirma a AFP Joe Little, editor jefe de la publicación Majesty Magazine.
El 17 de enero, el Palacio de Kensington anunció que la princesa de Gales se había sometido a una operación abdominal “programada” en la London Clinic y que su convalecencia se extendería al menos hasta el 31 de marzo, coincidiendo con el final de Pascua.
Su última aparición pública se remonta a una misa de Navidad, en Sandringham, en el este de Inglaterra, donde la familia real tiene una residencia.
Tras someterse a la operación abdominal, no se dieron detalles sobre la intervención ni la naturaleza de la dolencia, lo que alimentó las especulaciones.
Antes de la foto del lunes, en redes sociales como TikTok o X (antes Twitter) algunos internautas mencionaban con humor una cirugía estética.
Otros, con un tono más serio, se interrogaban sobre la verdadera razón de la ausencia de la princesa.
No paran los rumores
El pasado fin de semana, el Palacio de Kensington intentó calmar los ánimos.
“Dejamos claro a principios de enero que la princesa de Gales planeaba ausentarse de sus compromisos públicos hasta después de Pascua, y eso no cambió", afirmó en un comunicado a la prensa.
Los rumores muestran lo difícil que es mantener en secreto los problemas de salud de la familia real, como ocurría durante el reinado de la reina Isabel II.
“Es un tema espinoso”, señala Joe Little, debido al “inmenso interés público” sobre el tema. La discreción que cultivan Catalina y Guillermo contrasta con la comunicación del Palacio de Buckingham sobre el cáncer del rey Carlos III, que aparecía el martes en una fotografía recibiendo al ministro de británico de Economía, Jeremy Hunt.
El servicio de comunicación del rey hizo pública en enero su operación de hipertrofia benigna de próstata y luego su diagnóstico de cáncer, detectado durante esa intervención quirúrgica.
“El Palacio de Buckingham fue transparente, hasta cierto punto. Fue bastante inusual que avisara incluso antes de que el rey fuera ingresado en el hospital, pero no dijo qué tipo” de cáncer sufre el rey, afirma, sin embargo, Little. AFP